2010

2010
Premio de Poesía Casa de las Américas 2010

domingo, 8 de junio de 2014

Juan Domingo Chincoles, alias «Chingolo»

Esquel, 16 de junio de 1955



Los receptores para el dolor se encuentran en la piel,
en las estructuras musculoesqueléticas
y en las vísceras. […] las neuronas llevan la
información hacia centros superiores
en el tronco cerebral y en el tálamo.
www.zonamedica.com.ar

las hachas comen con sal
la confianza del árbol

SILVIA CASTRO
Textos del río




I

Juan Domingo Chincolef, peso pluma,
no conoce la palabra tálamo
pero está sufriendo sus consecuencias:

tálamo
tálamo
resuenan en su cabeza
los golpes que

Había un álamo en Cajón de Ginebra Chico.

Un álamo cae
a ambos lados
del filo del hacha

si la muerte es en otoño
hay un tálamo de hojas amarillas
los brotes
intuyen
que no hay verde más allá.

(talán talán
quince minutos)

Había un turco en Cajón de Ginebra Chico.

¿Los alfanjes copian su curvatura
de aquel pedazo de luna?
¿Puede un hacha alcanzar ese envión de resuello mortal?
¿Los alfanjes cruzan el mar talando el cielo de los peces?
¿Muere un alfanje en el Líbano
y renace hacha en Chubut?

(talán talán
doce minutos)

Había un turco en Cajón de Ginebra chico
levantando un hacha.
Había un nido en el álamo.

Tejido nervioso de brizna y pelusa
canasta de criar carne
que está que empluma y que no

confundir
el vuelo
y el suelo
no es pensar emplumado:

la carne de gallina
no vuela
ni deja volar

(talán talán
nueve minutos)

los nidos no resisten la aceleración de la gravedad

antes de llegar al suelo son otra vez paja
y saliva seca:

lo que llega al suelo es polvo
y una plumita lenta que no sabe
cuándo fue que se murió.

Qué raro:
los álamos tirados
son más crecidos.
Y como que viborean:
asustan y engañan
como una víbora en flor

(talán talán
seis minutos)

¿Esa campana suena para mí?
Claro, tarado, para quién van a sonar
todas las campanas suenan para vos

parate y mordé
parate y mordé
escupí pal costado
escondé la lengua
y mordé
(talán talán
tres minutos)

nadie toca la campana por aquel álamo
nadie le tira la toalla
el turco levanta con su media risa de alfanje
el trofeo desplumado.

El hachazo da, por ejemplo,
en el hígado.

El hígado retrocede seis milímetros
antes de recordar su naturaleza de esponja:
chupa un mar de dolor
vomita un haz de cerdas
que raspan la cuerda escondida del nervio central

pezuñas de vidrio molido

que trepan trepanan
el hueco de la columna
(que deja de ser vertebral)

viborea la columna
muerde con sus dos dientitos el tálamo

fiesta de cerdos
violín de nervios
tambor de piel
chim pum

la esencia del dolor
es no tener densidad:


un hueco que repta por su propio hueco.

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